Benjamin Péret

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Selecció de textos a càrrec de Miquel Saborit a partir de "El gran Juego" (Jeu Sublim).

Col·lecció Visor 1980 (1ª i única edició) amb edició de Manuel Corazón i traducció de César Moro.

Benjamin Péret va néixer a Rezé, França, el 4 de juliol de 1899 i va morir el 21 de noviembre de 1959 a París. Breton explica al seu llibre Nadja com el va conéixer just arribar de "províncies" per fer carrera literària.

A París coneix a la pintora catalana Remedios Varo, que més endavant serà reconeguda com una de las més grans pintores surrealistes. Es va guanyar la vida com a corrector de Diaris i més endavant com a redactor de notícies policials al diari "Petit Parisien". Va participar amb el moviment dadaísta i va seguir Breton en la fundació del surrealisme quan aquest va trencar amb dadà.

Amb Pierre Naville va dirigir els dos primers números de "La Révolution Surréaliste". Va pendre part en la guerra civil española i Després de la ocupació de França va exiliar-se a Méxic l'any 1942, on va viure-hi fins el 1947, any que torna a Paris per treballar de nou amb Breton en la direcció del moviment surrealista.

Poemes

EL CUADRADO DE LA HIPOTENUSA

Primera flor del castaño que se eleva como un huevo
en la cabeza de los hombres de metal
duro como una escollera
cuando en la lluvia de tinta que me atraviesa con
tus ojos mágicos como un árbol degollado
gritan en todos los tonos
Yo soy Rosa
te amo como el antiguo helecho ama a la piedra que lo ha
transformado en ecuación
te amo a brazo partido
te amo como una sartén al rojo en una caverna

Que tu vestido de alambre de púas
me desgarre con un estruendo de vajilla que cae por la escalera
te amo como una oreja arrancada por el viento
que silba Espera
Espera que la plancha haya quemado la camisa de rocío
para hacer florecer en ella el reflejo del cristal escondido
en una gaveta, espera que la pompa de jabón.
después de haber reventado como un zar de los topos
que no cubrirán jamás los hombros amados
renazca en el polvo asesinada por el sol que se ha vuelto azul
y que yo acecho por el ojo de la cerradura
velluda
helada
en la prisión de líquenes polares donde me has encerrado
espera vástago de la sal
espera vino de acantilado que acaba de aplastar un patronazgo
espera víscera de fósforo que no sueña sino en incendios de bosques
espera

PERRO y GATO

Por el sendero de las manos heladas
se deslizan las oriflamas
son grises verdes azules rojas
y tienen la forma de mi rostro
porque las hice parecidas a mi risa
que estalla en el musgo
como una piedra que echa a volar
y las piedras echan a volar diariamente
como obreros que van al trabajo
pues levantan vuelo para trabajar
y sus fábricas están en las nubes
y las nubes han envejecido
como las escaleras que conducen
a las naranjas de lana
y hacen subir y bajar los albatros de mi cabeza
Albatros gracias a vosotros mi cabeza me corta los pies
y mis pies son pálidas vírgenes
macilentas como un dios
Albatros albatros si mi cabeza no estuviera en vosotros
tendría al menos la forma de vuestros picos
y mis uñas estarían en vuestros picos
porque ellos han hecho mi cabeza
tal como la tierra hace el agua
tal como el agua usa las cuerdas de los arcos que las
circunstancias dejan flojas
y los arcos los arcos dios mío se ahogan en la llanura sumergida
que se llama Has visto a esos idiotas
La llanura está sumergida de tal modo que ya no es llanura
sino mano
Un poco más y será vientre
después torso
Al fin y al cabo reconoceré su rostro semejante a un bosque

IMPERATIVO

Temer el sudor de las moscas extraviadas
en los barrios en construcción.
Envilecer los jarros de estaño
hasta que sean desgarrados por los cachorros.
Retorcer los antiguos armarios para extraer un poco de polvo
de rubí con qué colorear los lagos.
Silbar repetida y largamente para que acudan los huesos bien
blanqueados que no quieren entender razones.
Lavar la tinta con vino rojo para distraer a los niños que riñen en el patio.
Cortar la luz en cuatro y arrojarla a las fieras
Extraer de la arena todos los dientes que contiene para levantar muros.
Transformar las armaduras en incubadoras para obtener
polluelos de pico largo.
Aplastar a las tortugas hasta convertirlas en mantillas.
Regar todos los días las banderas con aceite de máquinas.
Quemar los camembert pasados hasta que salte el fénix.
Acariciar las lentejas una por una antes de sembrarlas.
Sacudir los tapices con una navaja para fabricar jaulas de canarios.
Agotar las reservas de oro para comprar horquillas de cabello.
Asustar a las langostas que intentan penetrar en una tabaquera.
Cocinar los violines en salsa blanca.
Dorar las escaleras para evitar barrerlas.
Caracolear en las iglesias a la hora de la misa solemne
pero no insultar nunca al cartero para expulsar a los ratones de la péndola
que atacarían los bronces artísticos a picotazos.

Poesia, N-2

HABLAME

El negro de humo el negro animal el negro negro
se han dado cita entre dos monumentos a los muertos
que podrían ser tomados por mis orejas
donde el eco de tu voz de fantasma de mica marina
repite indefinidamente tu nombre
que se asemeja tanto a lo contrario de un eclipse de sol
que yo me creo cuando me miras
una planta de espuela de caballero
en una heladera cuya puerta abrieras
con la esperanza de ver escaparse
una golondrina de petróleo inflamado
pero de esa planta brotará una fuente de petróleo flamígero
si así lo quieres
como una golondrina
quiere la hora de verano para tocar la música de las tempestades
y la produce al modo de una mosca
que sueña con una telaraña de azúcar en un vaso de ojo
a veces azul como una estrella fugaz reflejada por un huevo
a veces verde como un manantial que brota de un reloj.

NOCHES BLANCAS

Sobrepasada la caja de los camembert
el pequeño abejorro se ha perdido en el desierto
donde el jamón casi se muere de hambre.
Corre a derecha e izquierda
pero a derecha e izquierda sólo ve tomates blanqueados con cal.
Mira hacia arriba y ve un perchero
que le hace burla.
Oh! perchero barnizado lustrado por las langostas marinas
ten piedad de un pequeño abejorro que saca la lengua
porque no puede disparar con el fusil sobre los calcetines
que harían una cena excelente.
Ten piedad de un pequeño abejorro que toca la flauta
para tratar de encantarte
pues creyó que eras una serpiente.
De no ser tú una serpiente de cascabel o de anteojos
el abejorro no habría roído su flauta
en su desesperación
y no hubiese esperado la muerte
detrás de una corbata
y la muerte no hubiese acudido
como un rastrillo de cristal
y la muerte no lo hubiese recogido
como una colilla.

PARPADEO

Vuelos de loros atraviesan mi cabeza cuando te veo de perfil
y el cielo de grasa se estría de relámpagos azules
que trazan tu nombre en todos los sentidos.
Rosa que tiene por tocado una tribu negra
dispuesta sobre una escalera
donde los agudos senos de las mujeres
miran a través de los ojos de los hombres.
Hoy día a través de tus cabellos miro.
Rosa de ópalo de la mañana
ya través de tus ojos me despierto.
Rosa de armadura
y a través de tus senos de explosión pienso.
Rosa de estanque verdinoso de ranas
y en tu ombligo de mar Caspio duermo.
Rosa de rosal silvestre durante la huelga general
y entre tus espaldas de vía láctea fecundada por cometas me pierdo.
Rosa de jazmín en la noche de lavandería.
Rosa de casa hechizada.
Rosa de selva negra inundada de sellos de correo azules y verdes.
Rosa de cometa volando sobre un terreno vago donde batallan niños.
Rosa de humo de cigarro.
Rosa de espuma de mar hecha cristal Rosa.

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